Este campamentos es una... ¡FIESTA!

Hoy, la actividad fuerte del día, será por la noche, hasta entonces las ramas se van levantando para acudir a la Asamblea, a la que le seguirá la rutina recuperada de los primeros días, desayuno, turnos, actividades…

Los únicos en anticipar y preparar un poco la noche, han sido los castores, con adornos, complementos (gafas, bigotes, gorros…) y marcos para hacer un photocall.

Ya sólo quedaban los Lobatos por pasar por el taller de camisetas, que por la parte de atrás han decorado con un gran lobo y de inspiración libre por delante, utilizando sprays de varios colores.

Como en un mal sueño, los Rangers y Pios se han visto encerrados en el instituto. Allí estaba todo tal cual lo habían dejado antes de empezar las vacaciones, los pupitres, las pizarras y… ¡los profes! Dispuestos a quedarse allí con ellos todo el verano si no superaban sus pruebas, así empezaba lo que sería su ¡Día del Guarro!

La  profe de sociales, les hizo preguntas sobre Andalucía, en las que equivocarse suponía acabar cubierto de gelatina. En un loco experimento, el profesor de ciencias quería comprobar cuál es el tiempo mínimo que necesita una persona para comerse un fuet untado en kétchup, el equipo que lo hiciera en menos tiempo le echaba, al equipo contrario, un barreño de blandiblub (gelatina + cola) El profesor de educación física les enfrentó en una lucha scout en el barro, y así fueron superando una prueba tras otra para poder escapar de allí, eso sí, pidiendo una ducha a gritos.

Por la tarde, los Pios estuvieron haciendo juegos con los lobatos y los Rangers empezaron a preparar su evaluación de cara a mañana.

El final de la tarde , se convirtió en un ir a venir para todos, que como hormiguitas recorrían todo el campamento, llevando y trayendo cosas, preparando adornos, disfrazándose, para que el escenario de esta noche fuera el mejor posible, porque esta noche hay… ¡FIESTA!

Una fiesta que para los castores es “Fiestuki”, para lobatos “Hamakuki”, Rangers lo llaman “Boom” y Pios “Flash”, mientras que para el resto de los mortales que presenciara semejante sarao, no era otra cosa más que un fiestón en toda regla, en la que había hamburguesas para todos y todas, que luego cada rama había complementado con patatas, refrescos, chuches de todas las clases y caprichos varios, hechos posibles con el dinero que llevan ahorrando todo el curso. No faltó de nada, música, disfraces impresionantes, photocall, y hasta una bola de discoteca para animarlo todo aún más si cabe, todo hasta altas horas de la madrugada…

Mañana más…, si nos levantamos.