Fuera de la tienda la luz del sol y los sonidos de la
naturaleza hace tiempo que lo han inundado todo, pero dentro de ella los habitantes del campa parecen ajenos a todo esto, o al menos les gustaría serlo,
se giran sobre sí mismos, esconden de nuevo la cabeza bajo el saco y se
convencen de que la luz no es tanta y que el silencio es debido a que apenas
acaba de amanecer, seguro que por delante todavía quedan al menos una horita
más de sueño, estamos hablando del scout optimista, porque luego está el scout
inquieto que mientras esto ocurre, asoma su pequeña cabeza por la apertura de
la tienda, mira a un lado y otro intentando eludir la sorpresa que le produce tanta paz y sólo para
confirmar que tanto silencio y tranquilidad no puede ser posible, grita voz en
cuello ¡Arriba! ¡Ya es de día!
Incorporados en el saco y aún con los ojos medio cerrados
sus compañeras y compañeros empiezan a procesar el significado de ese mensaje y
apenas unos minutos más tarde, castores y lobatos le van devolviendo lentamente
la vida al campamento.
Elegimos sitio en el comedor, desayunamos sin prisa y ya en
la asamblea decidimos que esta mañana en la que todavía estamos a nuestras anchas
la dedicaremos a ordenar la tienda, revisar nuestras cajas y macutos y seleccionar
la ropa para hacer colada, inevitablemente pasamos por tres fases.
FASE I. No lo vamos a conseguir y lo preguntamos todo…
¿Me dejas el jabón?
¿Me ayudas con las cuerdas?
¿Esta mancha no sale?
¿Cómo se tiende?
¿Primero el jabón o el agua?
¿No encuentro mi camiseta?
¿Tienes pinzas?
FASE II. Nos sorprendemos con lo que somos capaces de hacer…
¡Menudo tendedero!
¡Tengo toda mi ropa limpia!
¡Qué gusto de tienda! ¡Está como los chorros del oro!
FASE III. Los hechos…
El tendedero una obra de ingeniería
La ropa como recién salida de la lavadora
Todo está en su sitio y un sitio para cada cosa
Se podría comer en el suelo de la tienda
Han hecho un trabajo impresionante, la verdad, mini punto
para castores y lobatos por su esfuerzo
y empeño.
Ya por la tarde los castores nos hemos entregado a descubrir
y aprender el nombre que se le da algunas cosas en el mundo scout, como las
instalaciones, los objetos, los cargos y funciones dentro del grupo, vamos lo
que se viene denominando jerga scout, lo que ha dejado momentos muy divertidos,
pero que por otra parte también ha servido para comprobar que esta rama sabe
más de lo que parece.
Después de comprobar lo bien que se nos da la jerga hemos
empezado un nuevo juego en el que cartulina en mano y con las letras de nuestros nombre escritos en ellas, los demás
castores y castoras tenían que utilizar las letras de nuestros nombres como iniciales
para poner en ellas adjetivos positivos que nos identificaran y luego en una
segunda ronda identificarnos con el adjetivo que más nos había gustado. Ha sido
un rato muy chulo en el que unos a otros nos hemos dado mucho cariño y afecto y
hemos salido de allí sintiéndonos las personas más estupendas y queridas del
mundo.
El día lo hemos cerrado con una velada de cuentos, pero no cualquier
cuento, sino de cuentos scouts, con los
que descubrir algunos secretos y
misterios de ser scouts, el origen de las ramas, los saludos y muchas cosas
más.
Lobatos y lobatas por su parte hemos dado rienda suelta a
nuestra creatividad, en un taller de camisetas y fundas de almohadas, que hemos
decorado y pintado entre llamada y llamada a nuestras casas, que ya había
muchas ganas de contar lo bien que nos lo estamos pasando, tantas como los
papas y mamás de oírlas contadas en nuestras propias palabras.
Hablar con nuestras casas nos ha dejado un subidón general
tan grande que hemos decidido preparar un día de actividades para nuestras
monitoras y monitores, con juegos y actividades sorpresa para que se lo pasen
tan bien como nosotros con los que ellas nos preparan, y en eso hemos estado
hasta que se nos ha hecho la hora de cenar, en las que hemos disfrutado de unas
estupendas albóndigas, estas cocis nos cuidan mejor que bien.
Por la noche hemos tenido una velada tranquila en la que
hemos hablado de cómo nos sentíamos y que podemos hacer cuando alguien tiene un
conflicto con otra persona o como decirle a los demás las cosas que no nos
gustan, ha sido fenomenal y nos hemos metido en el saco sintiéndonos más amigos
y amigas que nunca.
Los Rangers seguimos de marcha, esta mañana nos hemos
levantado en una ermita en Riosol, casi en el límite con Asturias, donde hemos
dormido apretaditos y calentitos, en tan poco espacio que más parecíamos sardinas
en su lata que otra cosa.
Nuestra siguiente parada sería la Uña y de camino nos hemos
cruzado con un ganadero que nos ha invitado a montar en sus caballos, ofrecimiento,
como imaginareis, al que no nos hemos podido negar, ha sido muy divertido.
Una vez en la Uña hemos comido, y a continuación, con las
fuerzas recuperadas nos hemos bañado en un río de aguas tan gélidas que
cortaban la circulación según te ibas adentrando en ellas pero ¿quién dijo
miedo? Más tarde hemos explorado el pueblo mediante pruebas del tipo “encuentra
el balcón más florido”, “busca todas las fuentes del pueblo”, “hazte una foto
con la pareja más simpática que te encuentres” y así entre una cosa y otra, en
tan poco tiempo nos hemos hecho querer tanto, que un ganadero con tres terneras
recién nacidas ha decidido bautizarlas con nuestros nombres, por lo que de
ahora en adelante en el pueblo a cada una de ellas se las conocerá como Malena,
Sandra y Alba. La cosa no ha quedado ahí, y nos ha invitado a su casa, hemos
conocido a su perro, su huerto y nos ha enseñado a ordeñar la leche de sus
vacas, ha sido un experiencia chulísima, incluso hay quien cree haber
descubierto su verdadera vocación.
Ya por la noche una pequeña velada para asimilar las
vivencias del día, para acabar casi sin darnos cuenta cayendo dormidos, derrotados por el cansancio. Nuestro lugar de
descanso sería un local para fiestas que tiene el pueblo, en el que a diferencia de la noche anterior
nos sobraba espacio y a pesar de ello y casi inconscientemente hemos acabado de
nuevo durmiendo cerquita unos de otros buscando la cercanía y el calorcito que
nos dábamos unos a otros.
Los pioneros y pioneras seguimos nuestro recorrido por la ruta del Cares, saliendo esta mañana de Posada de Valdeón, donde hemos dormido en un polideportivo, con dirección a Ermita del Portón donde haremos noche en un pajar que nos ha dado cobijo y diversión a partes iguales.
Estamos disfrutando de un recorrido impresionante que a cada
paso nos despierta bonitos pensamientos y nos deja vistas espectaculares.
Mirador de Pan de Rueda |
Una vez aquí no salíamos de nuestra sorpresa al descubrir
que nuestra tienda… ¡no estaba!, así como tampoco estaba todo lo que habíamos
dejado dentro. Al poco acabaríamos descubriendo que misteriosamente nuestra
tienda estaba montada junto a las letrinas. La verdad es que todavía no hemos
encontrado explicación para esto, pero igualmente misterioso es que de repente
toda la ropa de los pioneros esté colgada en la parte más alta de mástil, que
cosas nos pasan ¿verdad?
Por la noche hemos tenido una velada de reencuentro, después
de tres día separados nos apetecía mucho juntarnos de nuevo, contarnos y saber
de los demás durante este tiempo.
Hoy ha sido un día tranquilo y ajetreado a la vez, en el que
hemos tenido algunas y celebradas incorporaciones de compañeras y de monitores
y monitoras de otros años igualmente celebradas (Olalla, Jorge, Lucky, Pilar y
Jorgito) que han venido de visita durante el fin de semana para echarnos una
mano y compartir su tiempo con todos, la verdad es que es una suerte contar con
ellos.
Hasta aquí lo que ha dado de sí el día, mañana más, pero no mejor, porque es imposible.
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