- ¿Estás seguro que es hoy?
- Hombre, seguro, seguro…
- ¿Pero a ti quien te lo ha dicho?
- Se lo he oído a una Pío que suelen estar bien informadas
- No sé yo qué decirte, que muchas veces más que otra cosa van
de enteradas pero luego a la hora de la verdad saben lo que todos
- Yo de de esta Pío me fío mazo, pero y sino… ¿qué hacemos
entonces? ¿Nos arriesgamos o no?
- Yo creo que no tenemos nada que perder…
Amanece (que no es poco) en el campamento scout pinar, los
días van pesando y abrir los ojos se convierte en el primer reto de las mañanas,
donde los párpados, más que párpados parecen puentes levadizos imposibles de
abrir, y caminar hacia la Asamblea es casi una tarea imposible sin arrastrar
los pies.
Minutos más tarde, llegará el desayuno, momento en la que la
situación es la contraria, pupilas totalmente dilatadas en ojos totalmente
abiertos, y pies que más que correr vuelan para coger un buen sitio en el banco
¡uhmmm! ¡Qué bueno todo!
La mañana, los Castores han decidido dedicarla a preparar
los regalos para sus amigos invisibles, y con la excepción de algún ataque de creatividad
han estado haciendo portalápices y atrapa sueños.
Lobatos y Lobatas por su parte, ante el cariz que estaban
tomando algunos conflictos personales, han convocado un Consejo de Roca para
poder hablarlos y resolverlos, y a eso se han entregado casi toda la mañana, y
decimos casi toda, porque aún les ha sobrado tiempo para enlazar una actividad
de evaluación con su día del guarro, en la que tenían que decirse algo positivo
antes de lanzarse esponjas empapadas en pintura de colores entre ellos, un poco
contradictorio eso sí, pero muy divertido que es de lo que se trataba, más aun
sabiendo que los problemas con los que empezaban el día estaban resueltos.
Divididos en 4 grupos, con la cara de los miembros de cada
uno de ellos pintada de un color, los Rangers se han lanzado a “Asalto de la
Bandera”, en la que el objetivo es conseguir la tarjeta de color que lleva el capitán
o capitana de los grupos contrarios y a su vez proteger al suyo, tarea nada
fácil, y divertidísima.
Ayer los Píos trabajaban en un taller el consumo de alcohol
y hoy enlazaban todo lo hablado y reflexionado con otro de seguridad vial y
consumo responsable, que ha funcionado muy bien, y del que han salido
propuestas y reflexiones interesantes.
Los rutas…, bueno los rutas han decidido que no podían
seguir soportando el “estrés” que llevan arrastrando todo el campamento y que
se merecían un día de descanso, y a eso se han entregado en cuerpo y alma todo
el día. Y es que no es de extrañar que preguntes a quien preguntes en el campamento
¿Qué quieres ser de mayor? La respuesta sea siempre la misma: ¿¡Yo!? ¡Ruta!
La verdad es que se lo montan muy bien.
Pasan las horas y unas riquísimas croquetas con ensalada dan
paso al tiempo libre, que todos y todas dedican a jugar y charlar, bueno ¿Todos?
¡No! Una pequeña tienda poblada por irreductibles castores y castoras en medio
del Campamento resiste, y se mueve en un gran dilema…
…¡es verdad! no tenemos nada que perder, yo me apunto.
¡Y yo!
¡Pues yo también!
Y así uno tras otro, han ido entrando en la tienda y se han
echado una siesta… ¡Gorda! Y es que el cansancio va haciendo mella, pero en
este caso no estamos hablando sólo de cansancio, sino también de estrategia…
Por la tarde y mientras los castores reflexionaban (¡y de qué
manera!) profundamente en sus tiendas, los lobatos y lobatas han continuado con
su día del guarro, entablando una guerra de globos de pintura con fortaleza y
todo, y es que son de un organizado…, para después ir a tirarse al río desde
una zona nueva que han descubierto y sobre la que han reclamado su dominio, ya
que sólo faltaban ellos por tener zona propia desde la que tirarse a las aguas
del Ebro, y probablemente esto es lo que más ilusión les ha hecho.
Más tarde, con los castores ya recuperados de su sesuda reflexión,
lobatos y castores han hecho juntos un taller de pintacaras, que ya iba dando
pistas sobre por dónde podía ir la velada y confirmaba las especulaciones de
los más pequeños.
Los Rangers a lo suyo, en su taller de tochos para sus
amigos invisibles y es que el recién adquirido privilegio para muchos de ellos
y ellas de poder utilizar herramientas que corten como navajas los tiene
enganchados, y no sólo ponen pasión, sino también mucho cuidado ya que no hemos
tenido ningún corte indeseado.
Los Píos han dedicado la tarde a preparar la velada sobre la
que, efectivamente, tenían información privilegiada.
Cae la noche y de repente “…♪
estaba el cocodrilo y el orangután, también dos pequeñas serpientes y el águila
real ♫ …” el campamento
parece el arca de Noé con personas disfrazadas de animales de todo tipo y colores
con hamburguesas de cena que sólo podían ser la antesala de uno de os momentos
más deseados del campa, el Hamakuki, en el que con las aportaciones que han ido
haciendo a lo largo del curso cada una de las ramas se dan un homenaje y hay barra libre de chuches para unos, tartas para
otros, nachos con queso fundido para los más sibaritas y diversión para todos y
todas que es lo que cuenta.
Así transcurrió la noche, entre risas, bailes, bromas y
juegos hasta que el kraal dio por finalizada la velada a las 2:00 h de la madrugada,
con todas las ramas todavía en plena efervescencia, castores incluidos, a los
que su retiro “estratégico” a reflexionar les ha salido redondo.
¡Te lo dije! ¡Te dije que sería hoy! Se decían un castor a
otro, mientras caminaban hacia la tienda disertando sobre cosas tan profundas como…
¿y los dragones…? ¿son mamíferos o
reptiles?
