viernes, 28 de julio de 2017

Noche de Fuego, Noche de Pasos.


Uno tras otro los días han ido pasando lentamente y casi sin darnos cuenta el campamento va llegando a su fin. Atrás dejamos muchas aventuras, enigmas descifrados, pruebas superadas, miles de risas compartidas y lo que es más importante muchos momentos entrañables que permanecerán en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.

Hoy es el momento de recapitular y evaluar todas estas cosas, qué nos ha gustado más, qué menos, que cosas han salido fenomenal y cuales podemos mejorar, porque  siempre intentamos mejorarlo todo.

Nos queda por tanto un día de largo trabajo, al que nos entregamos sin muchos preámbulos  divididos por ramas y en jornada de mañana y tarde, con un pequeño descanso después de las riquísimas y energéticas migas que nos han preparado las cocis, que nos cuidan y sorprenden cada día con una especialidad nueva.

Por la tarde se han hecho las evaluaciones personales y la entrega de progresos, que nos levantan el ánimo después de tanto trabajo.

Al final de la tarde, después de tanto trabajo intelectual, nos esperaban las piscinas naturales, donde nos hemos remojado y refrescado todas las ramas juntas, donde a pesar de las carreras, los gritos y las bombas en el agua, empezaba a despertarse una inquietud nueva, y es que el momento más importante del día todavía estaba por llegar, porque esta noche, es la noche, esta noche es… Noche de Pasos.

El elemento que presidirá la Noche de Pasos de este año será el fuego, el mismo fuego que nos quema por dentro ante la incertidumbre de si esta noche será nuestro turno de pasar de rama o no, de si lo harán mis amigos y amigas o incluso de si lo haremos juntos…

En la oscuridad de la noche, con todos y todas sentadas por ramas en un gran semicírculo, empieza a llegar el kraal, con una antorcha en la mano y una pequeña bola de fuego flotando sobre cada uno de ellos,  lo que hace que enmudezcamos. 

Con el grupo al completo y las antorchas iluminando fugazmente nuestras caras abrimos la noche con la lectura del…

 “Canto del Fuego”

Fuego que los hombres sólo ven en la noche,
En la noche profunda.

Fuego que ardes sin consumirte,
Que brillas sin arder.

Fuego que vuelas sin cuerpo y sin alas,
Que no conoces casa sin hogar.
Fuego transparente de las palmeras,
Un hombre sin miedo te invoca.

Fuego de los brujos ¿Dónde está tu padre?
¿Dónde está tú madre? ¿Quién te crio?
Tú eres tu padre, tú eres tú madre
Tú pasas sin huellas.

El bosque seco no te engendra,
No nacen hijos de tus cenizas.
Tú mueres y no mueres
El alma errante se convierte en ti y nadie lo sabe.

Fuego de los brujos, espíritu de las aguas inferiores,
Espíritu de las aguas superiores.

Fulgor que brillas, luciérnaga que alumbras los lagos,
Pájaro sin alas, cosa sin cuerpo,
Espíritu de la fuerza del fuego,
Escucha mi palabra.
Un hombre sin miedo te invoca.

El silencio precede la entrega de pañoletas. Su color naranja simboliza el fuego, y lo reconfortante que es su calor, mientras que el color gris es la ceniza que deja este cuando se extingue, testigo mudo de la destrucción que puede ocasionar cuando no se utiliza con cuidado. Se oye el primer nombre de la noche, alguien se levanta y camina lentamente hacia el fuego que se encuentra en el centro del anfiteatro en el que estamos, entrega su “leta” al kraal, recibiendo su “pañoleta” que le convierte en miembro de pleno derecho del grupo, sobre la que con el paso del tiempo irán cosiendo sus progresos. Una tras otra, las letas van cayendo en un montón mientras sus antiguos dueños regresan a su sitio con una ilusión nueva.

Le seguiría el turno a las promesas. Aquellas personas que desean hacerlo, acompañadas de un padrino o madrina, formulan una promesa entregada al fuego, para que la selle y custodie durante el próximo año, expresando su deseo y compromiso personal con el grupo y los valores scouts, lo que hace de este gesto un momento muy emotivo y motivador para todos y todas.

Finalizadas las promesas vuelve hacerse el silencio, cuando de repente unas enormes bolas de fuego de color naranja nos sacan de la oscuridad. Es la señal, empiezan los pasos, y el naranja nos indica que están a punto de anunciar que castores pasan a Lobatos. Al oír su nombre, uno a uno va saliendo, encaminándose hacia el fuego, ante el cual se quitan la camisa y saltándolo, dejan atrás su pasado castor, para recibir la camisa amarilla de su nueva rama.

El fuego amarillo nos indica que comienza el momento de los lobatos que pasarán a rangers, en esta ocasión el fuego convierte su camisa amarilla en azul. Les seguirán los rangers que pasan sobre el fuego de color azul en su paso a pioneros y estos últimos saltaran sobre un fuego de color rojo intenso en su paso a rutas. Así, uno tras otro, los elegidos y elegidas, completan su paso de rama, cerrando un ciclo y comenzando uno nuevo.

La noche finaliza y se cierra con sentimientos encontrados, ya que pasamos de la tristeza de dejar atrás la rama que tanto nos ha dado, a la alegría del reencuentro con amigos y amigas en una nueva rama que marcará el comienzo de una nueva andadura, llena de expectativas e ilusión.



Mañana será día de desmontaje y por la noche tendrá lugar una asamblea en la que se hará la entrega de los amigos invisibles. Como tenemos la capacidad de movernos en el tiempo a nuestro antojo os avanzamos algunas fotos del día de mañana, en el que Beatriz y José María subirán al campamento para ayudar y bajar el camión con toda la infraestructura.


El día de llegada será el domingo 30 de Junio por la tarde e iremos actualizando el blog con la hora de llegada prevista.

¡Que ganas!































































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