Hoy estamos en nuestro último día de campamento, bueno nos
queda todavía mañana pero ya casi no cuenta, porque mañana nos sentiremos todos
y todas un poco vigías en lo alto del mástil, intentando poder divisar tierra
lo antes posible. Mañana será el día de lo que viene, y el día en el que el campamento
poco a poco se va convirtiendo en lo que
fue, el día en el que volveremos la cabeza y se nos llenará de todos esos
momentos y recuerdos que hemos compartido juntos, de esos momentos que al
recordarlos, al volver a pasarlos por el corazón, nos volverán a sacar la sonrisa y el brillo en
los ojos con el que los disfrutamos, pero eso será mañana.
Aunque hoy es un día de mucho trabajo y a veces bastante
duro, el sol ha salido con su mejor cara e intentamos seguir pasándolo bien.
Además hoy cada una de las ramas tiene cinco nuevos miembros y nos estamos
esforzando en darles la mejor acogida posible, porque queremos que se sientan fenomenal
a nuestro lado y que a la vuelta de las vacaciones estén deseando, como
nosotros, volver a empezar los scouts con sus nuevas compañeras y compañeros.
Por lo tanto desde por la mañana y reunidos por ramas, hemos
empezado limpiar nuestras zonas, separar la ropa que nos pondremos mañana para
el viaje, preparar y cerrar los macutos, dejar todo lo que no sabemos de quien
es en nuestra socorrida caja de objetos perdidos, ir a buscar todo lo que no
encontramos a nuestra socorrida caja de objetos perdidos…
Hoy desmontaremos el mástil que tanto no costó colocar, ¿os
acordáis? Y los Rangers podremos recuperar nuestros zapatos que entre risas y
bromas habían llegado a lo más alto de él.
Desmontaremos la tiendas, donde hemos dormido, donde incluso
hasta en algún momento nos visitó el ratoncito Pérez, esas tiendas de las que
salíamos para disfrutar de un día nuevo cada mañana, o por la noche para gastar
una broma a alguien intentando evitar la vigilancia de los monitores y no ser
sorprendido. Las tiendas en las que muchos nos hemos repuesto de la visita de
virus, o incluso nos hemos llegado a hacer alguna confidencia…¡aahhh! Todavía
no nos hemos ido y ya lo estamos echando de menos.
Toca desmontar el comedor, donde cada día hasta hoy, los
cocineros han hecho lo imposible para ofrecernos la mejor comida posible, y donde
nosotros les pagábamos con nuestra mejor sonrisa y un ¿se puede repetir?
Pero todavía nos queda hoy, y hoy es un día muy importante no
sólo porque es el último, sino porque hoy es el día del amigo invisible. Esta noche
seguiremos disfrutando juntos durante la velada. Una velada en la que las ramas
dejan de importar porque somos un grupo y el grupo está por encima de todo lo
demás, en la que castores regalarán a rangers, pioneros a lobatos, rutas a
castores, lobatos a rutas, unas con otros, y otras con unos, sin importar otra
cosa que intentar seguir alimentando la alegría y la ilusión de esa persona que
durante unos días ha sido un poco más especial para cada uno, porque éramos su
amigo invisible, y esperando que a su vez sepa ver el esfuerzo y el cariño con
el que hemos preparado su regalo.
Acaba la velada y entonces entendemos que esta es la mejor
de las maneras de acabar el campamento, aún si pudiéramos seguir durmiendo cada
rama en nuestras tiendas, la mejor forma de despedirnos de estos maravillosos
días, es esta, pasando la noche todos juntos y juntas en medio del campo, bajo
las estrellas y teniéndonos los unos a los otros.
Descansemos y durmamos, que todavía nos queda mañana.
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