lunes, 22 de julio de 2024

 Domingo 21 de julio de 2024

Cuaderno de bitácora: séptimo día de Pitucampa.

 

CONVIVIENDO CON LA TRANQUILIDAD DEL PITUCAMPA

SIN NOTICIAS DE GARGAMEL…

 

 


 

La vetusta aldea dormía la siesta…

Arropada bajo del mágico manto protector de pitucocis y pituintendentes, se mantenía tranquila y a salvo de las malévolas intenciones de nuestro gran enemigo, Gargamel. Ni el olfato infalible del gran rastreador Azrael, pudo descubrirla.

 

Pero pronto cesaría esa, hasta entonces, imperturbable calma, nuestrxs naranjas y amarillxs compañerxs, llegaron el sábado al atardecer, rendidos de cansancio, pero con innumerables historias y paisajes en sus ojos (y columpios, dicho sea de paso).

 

Por la mañana, se levantaron habiendo descansado como nunca lo habían hecho hasta entonces, tras días de infinitas aventuras en un viaje en el que recorrieron toda la comarca. Después de días sin verse, pitucastores y pitulobatos volvieron a reencontrarse. Sus alegres voces volvieron a llenar la aldea y esta volvió a llenarse de colores naranjas y amarillos bajo la atenta mirada de sus pitukraletes, esforzadas y silenciosas criaturas que, cuál ángel protector, vigilan expectantes a todos y a todas…

 

Como forma de celebrar este reencuentro, los kraletes, les prepararon multitud de actividades para compartir y volver a rellenar ese huequito que les había quedado tras la separación, y lo hicieron con el DÍA DE CASTORBATOS. Ya sabéis, juntos y también revueltos.

 



 

Pero dejemos aquí, tranquilos y a la vez llenos de actividad, a pitucastores y pitulobatos para acercarnos a las agitadas vidas de nuestro queridos y queridas PITUPÍXS.

 

Como sabéis, iniciaron con fuerza la RAID, a nadie le faltó sustento, aunque sí alojamiento. Pero ante la adversidad, volvieron a hacer gala de compañerismo quedándose juntos a dormir al calor de los muros parroquiales.

 

Pero, un momento… ¡qué leo aquí!, en este domingo 21 de junio de 2024 no corrieron todos la misma suerte, hubo afortunados y afortunadas que lograron ser acogidos. Eso sí, tuvieron que ganarse el sustento y el alojamiento con el sudor de frente, como jornaleras y jornaleros, tal cual indica el manual de la RAID.

Abajo en la foto podéis ver cómo son transportados en un vehículo todoterreno a los extensos viñedos de un rico terrateniente.

 



 

En cambio, otro grupillo fue alojado, directamente, en la casa del terrateniente, sin que conste en el cuaderno de bitácora que mediara ningún tipo de intercambio que sirviera de pago a tamaña… casa con césped y piscina… Ejjj, en fin… No tengo palabras...

 



 

Observen ustedes y comparen las caras de las personas que se ganan el pan y el alojamiento con el sudor de su frente y observen la ligereza de la expresión, la gracilidad de las poses de las personas Pitupías, apostadas al lado de la piscina… ¿Se llegó a saber en algún momento como lo lograron? Es posible, pero en los cuadernos que manejo en estos momentos, no se dice nada…

 

Bueno, que no todo fueron sin sabores para nuestro grupito jornalero, abajo podéis ver cómo tuvieron su merecido y refrescante descanso al lado de una refrescante cascada de aguas cristalinas.

 


 

Y otros dos grupitos, uno descansando felices en una terracita y el otro con un plato de macarrones y un bebercio de cola. Parece que no pasaron hambre.

 


 

Y ahora es el momento de hablar de los SÚPER PITURANGER a los que podemos ver, en las fotos de abajo, como pasaron hambre y estuvieron aburridos todo el día, tal y como manda la tradición. Haciendo cosas aburridísimas, jugando con unas cartas construidas por ellos, construyendo de edificios y lo creemos que es un horno dónde parece que han horneado un muffing a compartir (esperemos) entre las cuatro de la foto o más, mostrando grandes dotes para la supervivencia.






 

Y por fin nos llegan noticias de PITURRUTAS. De vuelta al pitucampa, después de estar perdidos por esas montañas, saltando de ibón a ibón, cumbreando tresmiles, asaltando paisajes y dejando marcadas sus retinas con la majestuosidad de estos parajes.

Después de todo esto, ya en el pitucampa, ayudaron en las diversas tareas del campamento y finalmente elevaron el mástil que corona el campamento.

 

SINTIENDOLO MUCHO, HAY UN RETRASO EN EL ENVÍO DE LAS FOTOS DEL MÁSTIL. SOSPECHAMOS QUE UNA INCURSIÓN DE SECUACES DE GARGAMEL ESTÁ DETRÁS DE ESTE RETRASO.

 

En breve, podremos contaros cómo volvieron todos, sanos y salvos a la pitualdea, con un montón de historias entrañables que contarse.

 

Y volvemos con pitucastores y pitulobatos, disfrutando para ellos solos de la tranquilidad del pitucampa en el día del CASTORBATO.

Juntos trabajaron para mejorar sus habilidades artísticas. Cómo auténticas estrellas televisivas practicaron el baile, la voz, el maquillaje y la interpretación. Y por la tarde realizaron una pequeña actividad sobre la diversidad funcional y la importancia de integración a todas las personas sean cuales sean sus capacidades.

 






 

Y finalizamos el relato de hoy imaginando a los pitulobatos trabajando arduamente entretejiendo con cartulinas, pinturas e hilos, atrapasueños que regalar a su amigo o amiga invisible. Mientras, pitucastores cogerán los atrapasueños del celaje de la noche para entretejer sus propios sueños en una velada de estrellas…

 

Dulces sueños…

 







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