Lunes 29 de julio de 2024

Cuaderno de bitácora: decimoquinto día de Pitucampa.

 

Atención: Obras de Recogida

Antes de ponerse manos a la obra, hay que despertarse y claro, algunas pituchavales están un poco desubicadas, han dormido con una piturama nueva y el llegar a la asamblea les ha costado un poquito más.

A la hora del desayuno, han tenido que buscar un hueco en las nuevas mesas y se estan dando cuenta de como en apenas unas horas el campamento les mira con otros ojos.

Después del desayuno y de fregar, algunas suspiran porque ya quedan los últimos fregados, es hora de ponerse a desmontarlo todo.

Las pitucastores recogen su tienda, hacen sus macutos y ayudan en material.

Las pitulobatas quitan la tienda, desmontan las mesas y limpian bien las maderas y hacen sus macutos, se escuchan voces de esto no es mío, quién ha puesto en mi caja estos calcetines...

Las piturangers, tienen que tapar el fregadero, quitar la malla, limpiarla y echar la arena, además de recoger la tienda y hacer los macutos.

Las pitupios, se dividen unas recogen la zona de lavado de manos, otras ayudan a desmontar el comedor y siguen quedando algunas para recoger la tienda y todas hacen sus macutos juntas.

Las piturutas, tienen la misión de bajar el mástil, si todo el grupo quedo impactado cuando lo subieron... ahora se hace un silencio cuando suena el contacto del mástil con el suelo y se sabe que el campa está acabándose.

Esa sensación de desolación se compensa cuando aparencen las familias con las furgos para meter todo en ellas y así traer ese ánimo y esa fuerza que se necesita para que todo se quede mejor de como lo encontramos.

La asamblea es diferente, todo es un poquito distinto, puesto que se cena en el suelo y la pitueskoria está para servir pero no saben muy bien dónde se colocan.

Al terminar la cena, en un gran circulo se entregan los regalos del amigo invisible, esos que han quitado horas de sueño y algunas se han marcado la piel haciendoles con algún corte...

Se termina el día y todas bajo el mismo cielo y cubiertas por rafías despiden la última noche, durmiendo dónde estuvo el mástil.